Su talento fue mayor que su apellido

Su genio, lucidez, creatividad y éxito quedaron limitados por su condición de mujer. Hoy recordamos a estas tres figuras de la música, para que el peso de su apellido no la deje ocultas.

Apr 25, 2021

FANNY MENDELSSOHN

Nació en 1805 en Hamburgo (Alemania), y es 5 años mayor que su hermano Félix. Se trasladaron a Berlín y los Mendelssohn dieron a sus dos hijos una enseñanza de vanguardia, incluyendo una exquisita educación musical con grandes figuras de la época como Zelter.

Fanny demostró desde muy pequeña una habilidad musical prodigiosa y comenzó a escribir música. Su madre, pianista, decía que Fanny había nacido “con los dedos para tocar las fugas de Bach”. A los 14 años ya podía tocar los 24 preludios de El clave bien temperado de Bach de memoria.

Zelter se inclinó en sus inicios por Fanny, tal y como se recoge en varias cartas que envió al escritor Goethe donde decía “Esta niña es realmente algo especial” o la otorgaba el mayor elogio para una mujer en ese momento “….toca como un hombre”

Hacia 1826 los hermanos acordaron que Félix publicara bajo su nombre algunas creaciones de Fanny: su colección Opus 8 y tres composiciones de la Opus 9.

Este hecho le puso a Félix en algún compromiso, como cuando en 1842 visitó el Palacio de Buckingham con motivo de una audiencia con la Reina Victoria y el Príncipe Albert y la Reina le pidió que la oyera cantar la pieza “Italien”. Esta era una de las obras de Fanny que había publicado bajo el nombre de su hermano, y finalmente así se lo reconoció posteriormente a la Reina. Curiosamente, las composiciones favoritas de la Reina, sin ella saberlo, eran las de Fanny.

Hay más piezas de Fanny adjudicadas a Félix, como el caso de La Sonata de Pascuas, escrita por Fanny cuando tenía 23 años. Gracias a la labor de investigación de Angela Mace Christian en 2010 podemos atribuirle la autoría de nuevo a la compositora.

El padre de Fanny también dejó clara su postura hacia sus actividades como compositora en varias cartas. En 1820 le escribió: «La música tal vez se convierta en su profesión [es decir, de Félix], mientras que para ti puede y debe ser sólo un adorno»

Fanny se apartó del mundo público de la música pero, al menos, Félix y sus padres la permitieron, y posteriormente su marido el pintor Wilhelm Hensel la alentó, a abrir las puertas de su casa a un círculo íntimo para que la oyeran tocar. Los conciertos dominicales se convirtieron en reuniones privilegiadas que contaban con la presencia de músicos e intelectuales del momento como Paganini, Weber, Liszt, Clara Schumann, Goethe, Humboldt y hasta Hegel.

Fanny escribió más de 400 obras durante su carrera y, aún con la aprobación de su esposo, como se requería en esa época, ninguna fue dada a conocer en vida.

A fecha de hoy todavía no se han grabado la mayor parte de sus composiciones.

CLARA WIECK (SCHUMANN)

Clara Wieck nació en 1819 en Leipzig (Alemania). Fue una niña prodigio. Su padre, conocido profesor de piano, le enseñó a tocar este instrumento a los 5 años y a los 9 años dio su primer recital en público como pianista. Su estilo se definía como veloz y temperamental

Goethe tras asistir a un concierto de Clara en Weimar declaró: "Esa muchacha tiene más fuerza que seis muchachos juntos”

Clara conoció a su marido, Robert Schumann (de quien tomó el apellido), a muy temprana edad: ella tenía 11 años y él, con 19 años, residía en casa de los Wieck para recibir clases del patriarca. Contrajeron matrimonio en 1840, y en un principio Robert Schumann deseó que Clara abandonara su actividad como concertista, si bien Clara no dejó de hacerlo. Aunque al inicio del matrimonio Clara era una pianista de renombre internacional y Robert apenas conocido, la pareja dio prioridad a la composición de él por encima de la actividad de ella.

El deseo principal de Clara era "que Robert pudiera vivir entregado a su música y que no tuviera ninguna preocupación que enturbiara su vida artística”, lo que la hizo apartarse de la escena musical.

No fueron sino los problemas financieros los que, afortunadamente, llevaron a Clara de vuelta a los escenarios: 139 conciertos en 14 años de matrimonio. Y a la muerte de Robert en 1856 ganó el reconocimiento internacional, ofreciendo conciertos y viajando regularmente a Inglaterra y Rusia.

También rompió otro techo de cristal, ya que Clara Schumann fue nombrada en 1878 la “Primera Profesora de Piano” en el Conservatorio Hoch, en Fráncfort del Mano.

Clara Schumann, una de las pianistas más importantes del siglo XIX, contribuyó así al surgimiento del repertorio moderno del piano. Fue también editora de las obras completas de su esposo y adaptó para piano las canciones que Robert Schumann le había dedicado.

MARIA ANNA MOZART

María Anna, o Nannerl, nació en 1751 en Salzburgo (Austria) y es la hermana mayor de Wolfgang Amadeus (tuvieron más hermanos que fallecieron durante la infancia). Su padre Leopold, compositor y músico de la corte, comenzó a enseñar a tocar a Maria Anna cuando tenía ocho años, y su hermano Wolfgang (5 años menor que ella) siempre estaba a su lado. Leopold, en diversa correspondiencia, reconoce el talento y potencial de Nannerl «Mi niña toca las partituras más difíciles que tenemos... con increíble precisión y de manera excelente». «Mi pequeña, con tan solo 12 años, es uno de los músicos más hábiles de Europa»

En 1762 acudieron a la Corte Imperial de Viena para tocar ante la emperatriz María Teresa. El éxito fue tal que el padre decidió llevar a sus dos hijos de gira por Europa entre 1763 y 1766. El viaje les otorgó gran fama y el talento de Maria Anna era públicamente reconocido.

Este futuro prometedor quedó truncado cuando alcanzó una edad casadera. Su padre decidió apartarla de los escenarios, puesto que socialmente no estaba bien aceptado que una mujer destacara en el mundo musical y viviese de sus composiciones, para que contrajera matrimonio.

La familia Mozart no tuvo un genio, sino dos. Aunque compartía el talento musical con su hermano, las barreras sociales que tuvo que sortear Nannerl la han llevado a ser una gran desconocida o a lo sumo, a la sombra de su hermano.

Al igual que Clara Schumann, la muerte de su marido en 1801 y la difícil situación económica que atravesaba, hizo posible el regreso de Nannerl al mundo de la música. No como concertina o compositora, pero regresó a Salzburgo como profesora de música.

No se conserva ninguna composición conocida de María Anna Mozart, si bien hay debate sobre si algunas de las primeras composiciones de Amadeus pudieran ser suyas.

RESUMIENDO

Las Artes no han sido una excepción en el fenómeno de la discriminación de las mujeres. Su labor artística y creativa ha sido menospreciada hasta hace no demasiado tiempo. Muchas veces sus creaciones fueron atribuidas a un hombre, se firmaron con un seudónimo masculino, o directamente tuvieron que abandonar su carrera artística, ante la imposibilidad de lograr un mínimo reconocimiento y difusión de sus obras.

En palabras del historiador de la música Richard Taruskin, las vidas de estas grandes mujeres como Fanny Mendelssohn, Clara Schumann o María Anna Mozart, “son una prueba convincente de que la incapacidad de las mujeres para "competir" con los hombres en el campo de juego compositivo, ha sido el resultado de prejuicios sociales y costumbres patriarcales (que en el siglo XVIII y XIX concedía sólo a los hombres el derecho a tomar las decisiones en los hogares burgueses)»

Nunca sabremos cual hubiese sido la aportación de estas tres grandes mujeres a la música a nivel mundial, pero es evidente que su contribución y sus pequeños pasos en esta carrera de fondo fueron fundamentales para seguir rompiendo techos de cristal, como la llegada de Antonia Brico a la dirección de la Orquesta Filarmónica de Berlín hacia 1920. Había transcurrido un siglo desde el paso al frente de Clara o Fanny, pero Antonia también tuvo que luchar arduamente para anteponer su destreza como directora ante su condición femenina.